Ayer salieron los resultados de las pruebas de acceso a la Universidad,
y Gennet Corcuera, de 25 años, sordociega, ha aprobado con 7,28
de nota.
“Estoy contenta porque me han medido con el mismo rasero que a mis compañeros,
quiero ser como los demás” dijo. Será la primera persona
sordociega de nacimiento que llega a la aulas superiores en España.
Aunque cuenta con una guía intérprete, Sonia, el carácter
vibratorio del mundo juega a favor de Gennet. Siente muchas de las cosas que
ocurren a su alrededor . “Se si alguien se acerca, si pasa por mi derecha
o por mi izquierda, siento el aire que me ayuda a percibir lo que pasa a mi alrededor”.
Gennet nació en Etiopía, vivió en la calle porque sus padres
desaparecieron sin saber porque, piensa que sería por la guerra. Vivía
como una especie de animalillo, sin palabras ni orientación, y acabó en
un orfanato de monjas católicas.
Hasta los siete años, la vida de esta chica resuelta fue un gran pozo
blanco, apenas sin recuerdos y sin nombre para las cosas. Tampoco sabe por qué nació sordociega.
Sospecha por intuición, que se debió a una posible enfermedad de
su madre, o durante el parto. .
En 1989 fue adoptada por Carmen, una viuda española. "Todo aquello sigue
vivo en mí. Tengo miedo y desconfío de la gente hasta que no la
conozco... Pero soy fuerte, soy fuerte", dice dos veces, como para convencerse.
La Unidad Técnica de Sordoceguera de la Organización Nacional de
Ciegos Españoles (ONCE) se hizo cargo de su escolarización primaria.
Entre los docentes de la organización todavía se recuerda el "momento
inolvidable" en que Gennet supo que cada cosa tiene un nombre que la identifica
y la hace brillar.
La secundaria y el bachillerato los cursó en el instituto público
Leandro Fernández Moratín, en Pastrana (Guadalajara). La ONCE aportó los
mediadores de apoyo necesarios y el centro escolar aceptó el reto. "La
respuesta fue de quitarse el sombrero. Todos creyeron en ella".
Gennet lo corrobora: "Mis compañeros aprendieron el alfabeto dactilológico
para hablar y comunicarse conmigo. Fueron años maravillosos".
Ahora, tras pasar la criba de la selectividad, le da vueltas a la especialidad
de magisterio que desea estudiar. Duda entre ser educadora social o especial.
Lo que sí tiene claro es que nunca pedirá a su inseparable mediadora
que le haga chuletas. "Eso nunca. Hacer trampas es ilegal y yo quiero conseguirlo
todo, pero solamente con mi propio esfuerzo".
El mundo según Gennet ¿Y el otoño? "Las hojas cayendo a
mi alrededor mientras camino". ¿Madrid? «Una ciudad inmensa con
muchísimas personas. Un lugar un poco sucio». ¿África? "Una
obsesión. Guerra y destrucción. Dolor. Algo horrible y muy duro,
tan duro que prefiero apartarlo de mí, intentar olvidarlo".