Los dedos señalan al MP3 y a los pequeños auriculares
que los acompañan. Empiezan a hacerse recomendaciones para su
uso seguro: bajar el volumen, recortar el tiempo de exposición
o utilizar auriculares que bloqueen el sonido ambiente
Apple tuvo que encontrar la forma de poner límites a los niveles
de volumen de su archivendido iPod. La razón:
se teme que cada vez más jóvenes estén perdiendo
irreversiblemente sus capacidades de audición por el uso de reproductores
de MP3. Entre ellos, el iPod es uno de los más potentes.
Por eso Apple ya puso on line una actualización
gratuita que permite setear un máximo en el volumen. Sucede que
esta maravilla tecnológica es capaz de alcanzar los 115 decibeles,
(el equivalente al ruido de un concierto en vivo) un nivel peligroso
para la salud del oído interno. El riesgo es escuchar menos y
en muchos casos, adquirir a cambio un zumbido que no abandona ni a sol
ni a sombra.
“115 decibeles es un nivel muy peligroso. El oído
humano está capacitado para no sufrir daño hasta los 85
decibeles. Cuando se supera este límite de intensidad,
hay varios factores que inciden en las consecuencias: el tiempo de exposición,
el tipo de sonido (los agudos traen más trastornos que los graves)
y el tipo de auricular”, explica Carlos Kukso, médico otorrinolaringólogo
del Hospital de Clínicas, profesor regular adjunto de la Facultad
de Medicina de la UBA y director de la carrera de médico especialista
en otorrinolaringología de la UBA. “Para tener una idea,
un ruido de 90 decibeles (sólo 5 por encima de lo recomendable)
con una exposición de ocho horas diarias puede provocar daño.
Si son 115 decibeles, bastan dos horas diarias de exposición
para lastimar el oído interno”.
El llamado de atención partió originalmente de un miembro
del congreso de Estados Unidos, luego el National Institutes of Health
(NIH) reclamó nuevas investigaciones para determinar los efectos
de los auriculares en los oídos. Entretanto Apple enfrenta una
denuncia que acusa a iPod de provocar potenciales lesiones auditivas.
Lo cierto es que ya está disponible la actualización para
el iPod Nano y los modelos con capacidad de reproducción de video.
Permite a los padres poner el límite de volumen y bloquear el
acceso de los chicos al seteo con un código de seguridad. Según
Greg Joswiak, vicepresidente de marketing de Apple iPod, fue una respuesta
de la compañía frente la “atención creciente
en esta área. Queremos ofrecer a los clientes una opción
sencilla para determinar su propio límite de volumen”.
Más de la mitad de los estudiantes de nivel secundario reportan
al menos un síntoma de pérdida auditiva, según
una encuesta realizada por la American Speech-Language-Hearing Association
(ASHA). Incluso, los chicos admiten con más frecuencia que los
adultos el haber experimentado tres de los cuatro síntomas de
pérdida auditiva: el 28 por ciento se vio en la necesidad de
aumentar el volumen de la radio o el televisor, el 29 tuvo dificultades
para escuchar al interlocutor en una conversación normal y el
17 por ciento tuvo un zumbido.
Pero la culpa no es solamente del volumen. Según una investigación
de la Harvard Medical School, en promedio cuanto más chiquitos
los auriculares más altos los niveles de salida, así que
los más dañinos son los más pequeños. Además,
explica Kukso, el problema de estos auriculares es el lugar donde son
colocados: “Es el oído interno el que sufre las consecuencias,
pero el oído medio cuenta con unos huesitos que tienen el poder
de “amortiguar” el impacto del ruido en el oído interno.
Si este mecanismo de amortiguación está abolido o disminuido
porque un auricular lo está obstruyendo, entonces el sonido llega
muy fuerte directamente al oído interno. Teóricamente,
los auriculares pequeñitos, que obturan con más fuerza
el conducto, podrían ser más peligrosos porque evitan
el mecanismo de amortiguación. Pero la realidad es que la culpa
no la tienen los aparatos electrónicos. El problema es que generalmente
la gente los usa a mucho volumen.”
Otra compañía que se puso a tono con las nuevas demandas
fue Sony. Según se estableció, una de las alternativas
es utilizar auriculares que bloqueen el ruido ambiente, lo que evitaría
la necesidad de aumentar el volumen mientras se está en lugares
ruidosos como el subte, la calle o el colectivo. En general la oferta
de este tipo de auriculares se limitaba a los más grandes, que
cubren la oreja. La alternativa de Sony es en cambio pequeña,
(y hasta viene en color blanco, para hacer juego con el iPod) el modelo
es el MDR-NC11A y cuesta alrededor de 70 dólares.
La amenaza de la pérdida auditiva es sutil. Se da tan gradualmente
que muchas veces la persona que la sufre no lo nota hasta que comienza
a escuchar un zumbido. “En general el primer síntoma no
es la hipoacusia, sino el zumbido. En muchos casos la gente no repara
en este sonido, que es de muy baja intensidad, durante el día
sino sólo en el silencio de la noche”, explica Kukso. “El
zumbido es signo de la primer lesión, que se produce a nivel
de una frecuencia muy aguda, que no afecta por lo tanto la percepción
del habla. Pero si continúa la exposición, se afecta la
percepción de tonos medios y graves y se dejan de escuchar las
conversaciones”.