Expertos en ingeniería electrónica de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) perfeccionan un prototipo
auxiliar para las personas que padecen hipoacusia o sordera de leve
a moderada, cuyo precio sería más accesible a la población.
Los ingenieros del Laboratorio de Electrónica del Centro de
Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM
también desarrollan un artefacto para problemas más severos
de este tipo, cuyo precio sería más bajo que los de fabricación
extranjera, se informó en un comunicado.
En México aproximadamente 0.3 por ciento de la población
mexicana padece alguna discapacidad auditiva, sin considerar a quienes
son potencialmente sordas, como las personas que con la edad pierden
gradualmente este sentido.
También están en riesgo de padecer algún nivel
de sordera aquellos que trabajan en ambientes con mucho ruido, como
discotecas, o jóvenes que utilizan audífonos con un alto
volumen todo el tiempo.
De acuerdo con expertos, la sordera o disminución auditiva se
clasifica en los grados de leve, media, moderada, severa y profunda,
lo cual depende de cuántos decibeles es capaz de percibir un
individuo, y se considera que la pérdida leve es cuando el mínimo
que se puede captar es de 10 decibeles.
El grupo de expertos, dirigido por Miguel Angel Bañuelos, ha
hecho pruebas de electroacústica en su nuevo prototipo y también
en individuos que necesitan un auxiliar para poder oír.
Para ayudar a esas personas, en especial a las de escasos recursos,
los científicos trabajan en un artefacto eficaz y de bajo costo
ya que los auxiliares auditivos que se comercializan son importados
de Estados Unidos y Holanda, por lo que se venden en unos 12 mil pesos,
mientras el que desarrolla la UNAM con componentes nacionales tendría
un costo de mil 500 pesos.
El aparato es una pequeña caja plástica de diez por cinco
centímetros que cuenta con un sensor de entrada, preamplificador,
filtros y amplificador de salida.
Posee un bloque de entrada; el micrófono, que convierte la presión
sonora del ambiente en una señal eléctrica; luego se pasa
a la etapa de preamplificación, para darle potencia a esa señal,
que corre por una serie de filtros para ajustarse a la deficiencia auditiva
de cada persona en específico.
"Hay quienes pierden la sensibilidad de señales de baja
frecuencia, o de alta; por ello hay que ajustar los potenciómetros,
que son dispositivos electrónicos para darle mayor &aquot;&aquot;ganancia&aquot;&aquot;
a las frecuencias que captan menos", menciona el comunicado.
A diferencia de los dispositivos comerciales, que se colocan detrás
de la oreja o dentro del canal auditivo y usan baterías especiales,
el diseñado por los universitarios es de caja y puede llevarse
en el bolsillo o cinturón.
Lo anterior tiene la ventaja de que es menos fácil de perder
si el usuario es un niño, además de que usa pilas "AA",
las cuales duran dos semanas en promedio con un uso continuo.
A la fecha se han interesado por este prototipo tanto pacientes como
la industria; uno de esos casos es el acercamiento con la empresa Arroba
Ingeniería.
En el CCADET, el cual se ubica en Juriquilla, Querétaro, se tiene
el plan de armar más piezas para que sean probadas por la contraparte
comercial y para ponerlos a disposición de personas interesadas,
y de esa manera evaluar su funcionamiento, a modo de "pruebas de
campo".