Por lo menos el 80 por ciento de las personas con problemas de sordera
no tienen acceso a los estudios medios y superiores, lo cual es una
causa de discriminación, señaló Ramón Gómez
Estrada, secretario de la agrupación civil “Mundo de Silencio”,
que se encuentra en proceso de formación. Expresó que
falta una legislación que permita apoyar a jóvenes y niños
que ven truncados sus estudios por falta de oportunidades en instituciones
de enseñanza media y superior.
En el orbe hay más de 120 millones de personas sordas o que
tienen severas dificultades para escuchar, de acuerdo con las cifras
más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En México no existen datos certeros respecto a qué parte
de la población con discapacidad es sorda o tiene deficiencias
auditivas.
Se calcula que hay casi 300 mil connacionales en esa condición,
no obstante, este número parece muy inferior a la realidad, porque
en países con mucho menor población, como Chile y Argentina,
las estimaciones son de 1.5 y 2 millones, respectivamente.
Lo cierto es que estas personas son altamente discriminadas sobre todo
en el aspecto educativo, ya que en el país cerca del 80 por ciento
no tiene acceso a estudios medios y superiores, lamentó Gómez
Estrada.
En entrevista realizada para este Diario, con la ayuda de un intérprete
del lenguaje de señas, Gómez Estrada criticó el
hecho de que en México no se tenga una Escuela Nacional para
Sordos y que no se enseñe en todos los planteles la lengua de
señas, pues esto ayudaría a la mejor integración
de este sector a la sociedad.
Refirió que desde hace más de 10 años que las
organizaciones de sordos están luchando para que en la legislación
se obligue a que haya una escuela nacional para ellos, y consideró
que “no hay ninguna razón para que no exista”.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) es la
dependencia que debería cobijar a este plantel educativo, y de
manera conjunta sumar al plan de estudios de las escuelas primarias
el lenguaje de señas, a fin de que los niños lo aprendan
“y los sordos tengan derecho a comunicarse con todos”.
En diversas ocasiones se ha acudido al Congreso de la Unión
con el propósito de establecer una institución educativa
de este tipo, pero hasta ahora no ha sido posible concretar este proyecto.
No obstante, resaltó que al menos ya se dio reconocimiento al
lenguaje de señas, lo cual es un avance, pero resta enseñarlo
y difundirlo.
Pero no sólo en el aspecto de la enseñanza las personas
sordas o con hipoacusia (disminución de la capacidad auditiva)
son discriminadas y aisladas, tampoco hay diseños urbanísticos
(señalizaciones), no se les dan oportunidades laborales y ni
en la televisión –con sus excepciones- se usa el lenguaje
de señas, al menos en los noticiarios.
Se calcula que 80 por ciento de quienes han perdido el sentido del
oído sufrieron enfermedades que les afectaron su capacidad para
escuchar antes de cumplir un año de vida, mencionó el
directivo de la agrupación “Mundo de Silencio”.
Lo más triste es que jóvenes y niños no tienen
esperanza de continuar sus estudios, debido a que en secundarias, preparatorias
y universidades no tienen cabida, ante lo cual urge impulsar el lenguaje
de señas en estas instituciones, sin soslayar la propuesta de
crear una Escuela Nacional para Sordos, finalizó.