Para los investigadores, estos sensores son el primer paso hacia una
variedad de importantes aplicaciones, así como para una mayor
exploración científica.
Científicos holandeses han logrado imitar los vellos de los
grillos, considerados los detectores de ruido más sensibles de
la naturaleza. Esperan que ayuden a descifrar la manera en que los grillos
perciben lo que les rodea y que sirvan para diseñar implantes
cocleares, con forma de espiral, para tratar a personas sordas, según
la revista "Journal of Micromechanics and Microengineering".
Los físicos de la Universidad de Twente, en Holanda, indicaron
que han hecho una réplica de los sistemas de las terminaciones
capilares, llamadas "cerci" en los grillos, capaces de detectar
las más pequeñas fluctuaciones en las corrientes de aire
causadas por el aleteo de una avispa o el ataque de una araña,
por ejemplo.
Los científicos holandeses responsables de esta investigación
intentarán en el futuro desarrollar conjuntos sensoriales con
importantes aplicaciones. "Estos sensores son el primer paso hacia
una variedad de importantes aplicaciones, así como para una mayor
exploración científica", indicó Marcel Dijkstra,
miembro del equipo de científicos de Twente.
"Su tamaño pequeño y su ínfimo consumo de
energía hacen que sean excelentes para aplicarlos en grandes
redes sensoriales. Podríamos utilizarlos para visualizar el flujo
de aire en superficies, como el fuselaje de un avión", añade.
En una etapa más avanzada, estas estructuras podrían
servir de plataforma para la fabricación de vellos que operen
en fluidos, como los del oído interno de los mamíferos.