Expertos afirman que se trata del primer paso para una eventual
cura del tipo de sordera más común entre personas de edad
avanzada.
Un grupo de investigadores ha identificado un gen que impide la regeneración
de ciertas células del oído interno que desempeñan
un papel clave en la audición, y expertos afirman que se trata
del primer paso para una eventual cura del tipo de sordera más
común entre personas de edad avanzada.
En estudios de laboratorio realizados en el Hospital General de Massachusetts,
investigadores hallaron que al eliminar los efectos de un solo gen,
se eliminaban también sus efectos nocivos y se permitía
que las células del oído interno se regenerasen y multiplicasen.
Esas células reemplazan las puntas de las neuronas del oído
que con frecuencia se pierden debido a lesiones o al paso de los años.
"La mayor parte de las sorderas son causadas por la pérdida
de esas células", dijo Zheng-Yi Chen, director del equipo
investigador del hospital. "Ahora tenemos los medios necesarios
para regenerar esas células".
Agregó que el objetivo es hallar una manera de eliminar ese
gen del oído interno de los seres humanos, probablemente con
una medicina, y permitir así la regeneración de las células.
"Ello conduciría a la recuperación de la audición",
dijo Chen, que es el principal autor del estudio que aparece esta semana
en la revista Science.
El doctor James F. Battey, director del Instituto Nacional de la Sordera
y Otros Desórdenes de Comunicación dijo que el descubrimiento
por parte de Chen y su equipo "es un primer paso muy importante
para determinar cómo restablecer la audición a los pacientes
sordos".
Las puntas del nervio coclear revisten una espiral del oído
interno conocida como la cóclea, que envía al cerebro
las sensaciones sonoras.
Las vibraciones del tímpano y de los huesos del oído
interno son transmitidas a la cóclea, donde entran en contacto
con el nervio coclear, que las lleva al cerebro convertidas en impulsos
eléctricos.
En el cerebro, esos impulsos son interpretados como sonidos.
Los seres humanos poseen al nacer unas 50.000 puntas del nervio coclear,
pero el número de tales células disminuye con el paso
del tiempo, o como resultado de enfermedades y lesiones.
Una vez que desaparece un número significativo de células,
el paciente comienza a perder la audición porque no se regeneran,
dijo Stefan Heller, investigador del Hospital de Ojos y Oídos
de Massachusetts.
"Una vez que esas células se pierden, se pierden para siempre",
dijo. "En casos de sordera profunda uno puede quedarse casi sin
células".
Por ello consideró interesante el experimento del grupo de Chen,
porque "demuestra por primera vez que uno puede regenerar las células
adultas en el oído interno. Si esto conduce a la elaboración
de una medicina que logre tal cosa, eso podría constituir una
cura" para la sordera.