Científicos estudian la posibilidad de tratar problemas auditivos
relacionados con la vejez, mediante la estimulación del crecimiento
de nuevas células pilosas en el oído interno.
Éstas son las responsables de traducir el sonido a señales
eléctricas, que los nervios pueden transportar al cerebro.
Un equipo estadounidense dirigido por investigadores de la Facultad
de Medicina de la Universidad de Harvard descubrió que la eliminación
de un gen específico puede conducir a la proliferación
de estas células.
La pérdida de las células pilosas es la causa más
frecuente de las dificultades auditivas en las personas de avanzada
edad.
La investigación fue publicada en la revista Science.
Las células pilosas en la cóclea o caracol del oído
interno vibran como respuesta a las ondas sonoras y generan impulsos
nerviosos que viajan a la región auditiva del cerebro.
Normalmente, los seres humanos nacen con unas 50.000 de estas células,
pero como no se regeneran, su falta provoca problemas de audición
en casi un tercio de las personas que llegan a los 70 años.
Cacofonía moderna
La pérdida de las células pilosas también puede
deberse a algunas enfermedades, al consumo de determinados fármacos
y a la cacofonía de la vida moderna.
Los investigadores examinaron la actividad genética durante
el desarrollo embrionario del oído interno y concluyeron que
podía haber un gen que produjera una proteína con la función
de frenar permanentemente la regeneración de las células
pilosas.
Un gen específico, el gen del retinoblastoma (pRb), parecería
ser especialmente activo.
Ratones de laboratorio carentes de dicho gen desarrollaron problemas
de funcionamiento del oído interno, debido a la proliferación
de células pilosas.
Otras investigaciones mostraron que éstos tenían más
células pilosas que los ratones normales, y que las mismas seguían
multiplicándose.
Más tarde, los científicos bloquearon el gen pRb en
las células pilosas del oído interno de cobayos, y verificaron
cómo esto hizo que empezaran a regenerarse.
"La eliminación de este gen puede permitir que las células
pilosas aún activas se multipliquen", señaló
el Dr. David Corey, del equipo de investigadores.
"Este trabajo podría derivar en una técnica clínica
para regenerar las células pilosas perdidas", agregó.
Sin embargo, Corey subrayó que aún se necesitan más
investigaciones para refinar la técnica, ya que la simple desactivación
del gen en cuestión puede llevar a un crecimiento descontrolado
de las células pilosas, que a su vez podrían desarrollar
cáncer.