"El oído humano está preparado para resistir
solamente hasta 90 decibeles en intensidad de sonido. Sin embargo, la
mayoría de los petardos y bombas de estruendo generalmente sobrepasan
los 100 decibeles. Un solo estallido de un petardo o cualquier artefacto
de pirotecnia puede provocar una sordera irreparable". La
afirmación fue hecha por Yankel Pasik, médico de la Mutualidad
Argentina de Hipoacúsicos. A cuatro días de que se habilite
la venta de pirotecnia , esta entidad civil que brinda asistencia a
las personas con pérdidas auditivas en todo el país alertó
de los riesgos.
"Un trauma acústico implica una lesión en la zona
nerviosa del oído y la pérdida de los agudos. También
puede presentar, en forma inmediata, vértigos, aturdimientos
y zumbidos en el oído. Síntomas que pueden durar horas
y hasta días", explicó Pasik.
La entidad comenzó hace una semana una campaña en los
medios de
comunicación para explicar que no sólo hay que temer a
las lesiones en los ojos o a las quemaduras, sino también hay
que cuidar los oídos. Según el especialista, los riesgos
están dados específicamente por la intensidad del sonido
provocado por las explosiones. Esta puede variar de acuerdo a la distancia
que se encuentre del lugar de la explosión la persona que manipula
los artefactos. "No se puede determinar con exactitud cuál
es la distancia permitida o no, pero nosotros aconsejamos que quien
manipule los explosivos, se ubique a más de 10 metros del artefacto
al explotar", agregó el médico.
La recomendación principal es evitar la detonación
en lugares cerrados, ya que una sola explosión puede causar el
daño irreparable al nervio auditivo. "Lo que aumenta el
daño es la reverberancia que se produce en el ambiente cerrado",
explicó el médico. Pero también hay que tener cuidado
con las explosiones en calles rodeadas de edificios, ya que allí
también hay reverberancia.
Según Pasik, no sólo están en riesgo de sufrir
inconvenientes las personas que oyen normalmente, sino principalmente
aquellos que ya sufren algún daño a nivel acústico.
"Un hipoacúsico está más expuesto a sufrir
un daño en el oído, ya que tiene lesionado el nervio auditivo",
concluyó el profesional.