Las pruebas de audición usando campanillas son inútiles
para identificar una pérdida de audición en bebés,
según muestra un estudio sobre la prueba de audición conocida
por prueba de BOEL. En su lugar, deben utilizarse instrumentos electrónicos
mucho más modernos.
Las enfermeras danesas han sido las encargadas de realizar las pruebas
de audición a bebés durante gran parte de los últimos
30 años, observando las reacciones de los niños ante diferentes
ruidos, por ejemplo, de campanillas. Sin embargo, esta prueba resulta
insuficiente, haciendo que los especialistas en audición pasen
por alto algunos casos de pérdida de audición y causando
preocupaciones innecesarias en otros.
En un estudio danés entre unos 2.500 niños, con la prueba
BOEL no se identificó a ninguno de los 6 niños sordos,
mientras que se identificó erróneamente al 14 por ciento
de todos ellos como bebés con problemas de audición.
Este estudio, por tanto, confirma los resultados negativos similares
obtenidos en estudios previos en Suecia y Dinamarca.
La prueba BOEL se usa principalmente en Noruega, Suecia y Dinamarca.
Una versión modificada se emplea en el Reino Unido, Holanda y
Australia.
Basándose en un estudio reciente, los investigadores recomiendan
que se reemplace la prueba BOEL por métodos de exploración
electrónica mucho más efectivos. Las pruebas electrónicas
recogen las casi imperceptibles vibraciones del oído del bebé
como respuesta a un sonido, indicando si existe o no pérdida
de audición en el bebé examinado.
Identificar una pérdida de audición lo antes posible
es de extrema importancia, para poder prevenir los efectos negativos
de una pérdida auditiva sin tratar en el desarrollo del lenguaje
en el niño.