También
tiene mucho que ver en la pérdida de visión. Así se deduce del cribaje
mutagénico realizado sobre el pez cebra por un equipo del Instituto
Médico Howard Hughes y el Laboratorio de Neurociencia Sensorial de la
Universidad de Rockefeller en Nueva York (EE.UU). El objetivo de este
estudio era identificar genes que influyesen de forma significativa
en la función de las células ciliadas que, en el oído interno, convierten
los estímulos mecánicos en respuestas nerviosas. Así pudieron comprobar
que las larvas de una de las líneas mutantes, la ru848, no respondía
a los estímulos acústicos. Dicha mutación reducía a los cinco días de
la fertilización y en un 90%, el número de células ciliadas y la degeneración
retiniana parcial.
La mutación recesiva ru848 fue localizada en el pez cebra a través
de técnicas de clonaje posicional en el homólogo del gen humano Chm
que codifica la proteína Rab escort 1. En la especie humana, las alteraciones
de este gen provocan la coroideremia, enfermedad cuya principal característica
es la degeneración lenta de los bastones y las células del epitelio
pigmentado de la retina.
El fenotipo resultante de la mutación en el gen Chm del pez cebra indica
que las células ciliadas del oído y también las retinianas necesitan
la proteína Rab escort 1 para asegurar su supervivencia.