Las Funciones Auditivas Centrales han sido definidas
por la ASHA como "los mecanismos y procesos del sistema auditivo
responsable de las conductas de localización y lateralización
del sonido, discriminación auditiva, reconocimiento de patrones
auditivos y de aspectos temporales de la audición (resolución,
enmascaramiento e integración temporales y ordenamiento secuencial)
y competencias auditivas con señales competitivas y degradadas".
Estos mecanismos determinan el procesamiento de señales acústicas
harto complejas. La relevancia de las Funciones Auditivas Centrales
es tal que, de su buen o mal funcionamiento, depende el desarrollo normal
de procesos tan intrínsecos e imprescindibles en el ser humano
como son la comprensión del lenguaje o la percepción musical.
En estos coactúan aspectos psicoacústicos y neurofisiológicos
que dan lugar a la activación de una actividad eléctrica
cerebral de fácil registro a través de potenciales evocados
o pruebas psicoacústicas. Los deficitarios procesos sensoriales
provocan los Trastornos de las Funciones Auditivas Centrales (TFAC).
La insuficiencia en el desarrollo sensorial deriva de la incapacidad
o capacidad limitada para atender, discriminar, reconocer o comprender
la información de origen auditivo.
Sin embargo, la detección de los TFAC no siempre resulta fácil
dada la complejidad que suele acompañar al análisis de
las funciones auditivas centrales y puesto que no constituye una entidad
unitaria atribuible a una sola categoría nosológica. Y
así, las carencias detectadas en el procesamiento de información
auditiva pueden manifestarse de formas muy diferentes amén de
responder a múltiples etiologías.
Por todo esto, el estudio de la audición pasa por una aproximación
a partir de su carácter funcional y desde el proceso y conocimiento
de las correspondencias anatómico-funcionales de la audición.
Todo ello implica la evaluación de los y trastornos auditivos
a través de pruebas psicoacústicas y electrofisiológicas
determinadas por el historial clínico de cada paciente. En el
caso de pacientes diagnosticados de TFAC se suele recurrir a las alternativas
que permiten mejorar las capacidades lingüísticas y cognoscitivas,
así como potenciar el desarrollo de las aptitudes auditivolingüísticas,
del metalenguaje y el uso de estrategias de escucha , metacognición
y compensatorias.