El objetivo es elaborar unos criterios comunes a todas las comunidades
autónomas para garantizar la equidad en esta atención
sanitaria
El 50 por ciento de las sorderas infantiles tienen un origen genético,
pero en el resto se identifican factores de riesgo durante el embarazo
como antibióticos, ruido y alcohol
El
Ministerio de Sanidad y Consumo, en colaboración con las Comunidades
Autónomas, han aprobado el 19 de Abril de 2003 en el seno de
la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial
del Sistema Nacional de Salud, el Programa de detección precoz
de la hipoacusia (disminución de la agudeza auditiva), con el
que se pretende abordar la identificación y prevención
de la sordera infantil, así como la instauración del tratamiento
en los primeros meses de vida.
El contenido básico de este Programa abarca actuaciones desde
el primer mes de vida del bebé mediante un cribado universal,
acceso a la fase de diagnóstico a los tres meses o antes, tratamiento
instaurado a los seis meses, y por último el seguimiento de los
casos detectados.
MEDIDAS EFICACES DE DETECCIÓN
La hipoacusia reúne los requisitos mínimos de las patologías
que son susceptibles de un cribado y existe un método fiable,
objetivo y sencillo de detección. Igualmente ocurre en el diagnóstico,
y desde luego está reconocido en la actualidad, que se pueden
instaurar tratamientos de forma precoz capaces de corregir las consecuencias
de la hipoacusia, como son: medida de los potenciales auditivos del
tronco craneal (PEATC), oteomisiones acústicas evocadas (OEA),
adaptaciones protésicas e implantes cocleares para estimular
convenientemente las vías auditivas, e intervención logopédica
temprana.
DIAGNÓSTICO PRECOZ, FACTOR DETERMINANTE
El diagnóstico precoz en cualquier enfermedad es importante,
pero en el caso de la sordera se trata de un elemento determinante para
conseguir un tratamiento eficaz, sobre todo en recién nacidos.
Esto es debido a la relación existente entre audición
y lenguaje, ya que sólo se dispone de un periodo de tiempo de
cuatros años para evitar que las pérdidas de oído
tengan efectos permanentes en el desarrollo del lenguaje. Y esto es
así, porque es el periodo crítico de aprendizaje en el
cual quedan selladas las características morfológicas
y funcionales de las áreas corticales del lenguaje.
ESTRATEGIAS DEL PROGRAMA
En el Programa de detección precoz de la hipoacusia se han diseñado
una serie de estrategias para llevarlo a cabo. En primer término,
se ha acordado que sean profesionales los responsables de este programa.
En cuanto a las pruebas, la primera se realizará antes de certificar
el alta de nacimiento, y es recomendable que se puedan hacer todos los
días del año. Asimismo, se les facilitará información
oral y escrita a los padres, previa a la prueba; además de solicitarles
el pertinente consentimiento para llevarla a cabo, para lo cual no será
preciso un documento escrito. Posteriormente, se dará cuenta
de los resultados a los progenitores, resultados que serán registrados
en el documento de salud infantil.
En último término, está previsto recoger indicadores
de calidad de los programas.
INDICENCIA EN LA POBLACIÓN
La comunidad científica considera que existe hipoacusia cuando
el umbral de percepción sonora de un individuo supera los 20
decibelios por encima del promedio de una población control de
adultos jóvenes y sanos
Según la Organización Mundial de la Salud, la incidencia
es de 1/1000 personas en el caso de las hipoacusias graves, y asciende
a 1,3/1000 si consideramos grados menores de esta enfermedad.
En España, se estima que existen alrededor de un millón
de personas afectadas por una discapacidad auditiva, de las que 100.00
padecen sordera profunda. y cinco de cada mil recién nacidos
padecen una sordera de distinto grado, bien por factores de riesgo durante
el embarazo o por origen genético.
FACTORES DE RIESGO
Cinco de cada mil recién nacidos padecen una sordera de distinto
grado, y en el 50 por ciento de los casos se identifican factores de
riesgo durante el embarazo, como agentes ototóxicos, antibióticos
precozmente indicados, ruido y alcohol. El otro 50 por ciento tiene
un origen genético, ya que hay unos 400 síndromes genéticos
descritos que incluyen pérdida de audición.
La sordera del recién nacido (prelocutiva) tiene consecuencias
negativas en el desarrollo del niño, sobre el pensamiento, la
memoria, el acceso a la lectura, las aptitudes de aprendizaje y el rendimiento
académico y sobre la personalidad.
VACUNACIÓN DE RUBÉOLA
Una de las acciones más efectivas sobre factores de riesgo es
la vacunación de rubéola en las niñas preadolescentes,
infección que es responsable, si se contrae, de un alto porcentaje
de sorderas congénitas, de causa no genética. Gracias
a esta vacunación sistemática se puede afirmar que este
tipo de sordera está erradicada.