Enseñando el lenguaje de los signos a niños pequeños
sin problemas auditivos se pueden mejorar sus tempranas comunicaciones
con sus padres y más tarde acelerar su aprendizaje del habla.
"Cuando ves a bebés, puedes verles experimentar con sus
manos.
Las mueven alrededor, se tocan la una con la otra, tratan de alcanzar
cosas, tratan de agarrar objetos", dice la Dra. Marilyn Daniels,
profesora titular de comunicación verbal en el Penn State's Campus
en Pensylvania, EEUU.
"El lenguaje de los signos tiene una singular capacidad de intervenir
en el intercambio natural entre mano y cerebro, optimizando la emergencia
de lenguaje en el niño debido a la superioridad fisiológica
del Lenguaje de Signos Americano sobre la lengua inglesa... Conociendo
un segundo lenguaje, como por ejemplo el mencionado ASL, también
impulsa la autoestima de los niños y su confianza en el aprendizaje,
así como la conciencia de la cultura de los sordos".
En su reciente libro "Dancing With Words: Signing for Hearing
Children's Literacy", la investigadora hace un esbozo de su búsqueda
sobre el tema, que data de 1991, y de las teorías sobre los beneficios
del lenguaje de los signos en la educación de niños sin
problemas auditivos.