El acceso de una persona sordociega al contexto "real", al mundo que
le rodea, viene determinada por su capacidad y habilidad para salvar
las barreras y los espacios vacíos que se han producido por
la falta de vista y oído.
Esta característica de la no conexión inmediata con el ambiente
y la necesidad de utilizar el sentido del tacto para recibir
la información y comunicarse con el medio y con los demás,
hacen de la sordoceguera una minusvalía "única", que no puede contemplarse
como "la suma de dos".
De esto se deriva la necesidad de estrategias y técnicas específicas
tanto para educar a los niños con sordoceguera como para facilitar la
adaptación de los adultos que han quedado sordociegos a su nueva situación,
es decir, se requieren servicios de calidad que posibiliten
un acceso adecuado al medio.
El papel de quienes nos rodean, de los profesionales que trabajan
con nosotros y la aceptación social general son fundamentales: las personas
sordociegas no estamos en condiciones de realizar, por nosotros solos,
la hazaña de construir puentes que vayan desde los límites de nuestra
percepción hasta el mundo exterior, sino que necesitamos el apoyo de
todos.
Pero para conectar y entrar en el contexto, primero hay que aprenderlo
y comprenderlo. Con los niños sordociegos se trata de construir
el mundo desde el principio, mientras que con los adultos consiste en
reconstruirlo de nuevo.
Es cierto que los adultos tenemos una valiosa experiencia y una comprensión
del mundo. Pero la sordoceguera cambia radicalmente todas esas estructuras,
todos los recursos en los que nos apoyábamos para conectar con el medio.
Si no buscamos una solución temprana al problema y
no se mantienen vivos esos conocimientos, existe el riesgo de
"olvidarlo todo". Y para evitarlo, hay que mantenerse activos
física, mental y emocionalmente, dentro y no fuera del mundo que nos
rodea.
Es evidente que existen problemas serios para acceder al contexto siendo
sordociego, pero hay soluciones y recursos para solventarlos. Es
importante la búsqueda de un equilibrio que permita la participación
activa de la persona sordociega en la vida familiar, en la escuela,
el trabajo y la comunidad.
Si se nos concede tiempo para el seguimiento de los acontecimientos
y los apoyos imprescindibles, no cabe duda de que podremos tener un
acceso e integración satisfactorios.
Lograr la claridad de pensamiento, al mismo tiempo que desarrollamos
al máximo nuestros sentidos, nuestra capacidad mental y nuestras habilidades
comunicativas y llegar a "entender" el contexto son las importantes
claves para nuestro acceso al mismo. Pero es la claridad de pensamiento
la que nos permitirá lograr, al fin, una liberación: la libertad dentro
de lo posible.
Sin embargo, no es menos cierto que es esencial tener en cuenta que
si hablamos de "Acceso al contexto" como una necesidad básica de un
grupo social, es muy importante que el "contexto" se adapte
también a sus necesidades. Es el proceso de adaptación y el
esfuerzo de acercamiento entre los individuos y la sociedad lo que nos
franquea la evolución hacia un contexto en el que todos estemos plenamente
incorporados e integrados.
Introducción y Conclución de una Publicación sobre Sordoceguera por
Daniel Alvarez Reyes
Asesor en Asuntos sobre Sordoceguera. ONCE España
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