Graciela Saracho se crió en Tucumán, estudió enfermería
en Córdoba y desde 1964 está radicada en Dallas, Estados
Unidos. Fueron las dramáticas noticias sobre las muertes de niños
por desnutrición, en la Provincia en que vivió su infancia,
las que la impulsaron a organizar algún tipo de ayuda para el
país.
Tuvo eco en el Centro Argentino Dallas Fortworsth,
una suerte de club social y cultural, en el que Saracho comparte con
sus amigos películas argentinas, folklore, tango y recuerdos.
Enseguida surgió la idea de aprovechar las popularidad de las
“ventas de garaje” americanas como estrategia
para reunir fondos. Su hermano médico, Pedro Saracho, le hizo
contacto con el Centro de atención para discapacitados auditivos
de Río Cuarto, dependiente del ministerio de Educación
de la Provincia. Allí asisten 64 niños de distintos puntos
del sur cordobés.
El club social integrado por unos 150 argentinos que
hace más de 20 años están radicados en Dallas ya
logró reunir unos dos mil dólares que serán
destinados a la compra de audífonos.
Ayer, la representante escolar, Claudia Guerrero, se reunió
con Saracho para acordar detalles. “Por ahí se
percibe más lo que significa si comparamos los audífonos
con lo que son los anteojos para quienes tienen una disminución
visual".
Depende del caso pero, por ejemplo, con el audífono
hay chicos que pueden escuchar que viene un auto antes de cruzar la
calle. Dejan de estar totalmente aislados del mundo sonoro”,
destacó la docente.
Valoró el gesto de los argentinos radicados en el exterior y
confió la impotencia de los profesores al ver que la gran mayoría
de los alumnos carece de recursos para comprar los elementos que permitirían
mejorar su calidad de vida. “Para algunos chicos, el audífono
implica un cambio fundamental en sus posibilidades. Al no proveerles
de los equipos necesarios, los estamos discapacitando más”,
dijo Guerrero.
“Ese chico sin audífono, aparte de que no va a poder aprender,
va a ser siempre dependiente de alguien, del gobierno o de alguna institución
de ayuda social. No va a poder producir”, acotó Saracho,
desde una perspectiva americana.
Comentó que otros centros de argentinos (en Houston y New Orleans),
mucho más numerosos que el de Dallas, hace tiempo que sostienen
comedores y envían recursos al país.
Saracho trabaja como enfermera en un hospital psiquiátrico en
Dallas y está decidida a continuar con este tipo de acciones
solidarias.